Lleva 8 años colaborando con Ojos del mundo en Mali, donde coordina un programa de prevención y tratamiento de patologías oculares mediante el cual han sido atendidos más de 75.000 pacientes y se han realizado más de 5.000 intervenciones de cataratas, tracoma /triquiasis, glaucoma, defectos de refracción y presbicia, los problemas más habituales con los que se encuentra el doctor Albert Coulibaly en ese país africano.
Colaboras con Ojos del mundo desde su fundación, en el 2008. ¿Cómo contactaste con la entidad?
Me puse en contacto con la Fundación Ojos del mundo a través del jefe de misión de Médicos Sin Fronteras / Luxemburgo en Malí. De hecho, ya había trabajado durante algunos años en este campo (enfermedades oculares y lucha contra el cólera) en la mayor parte del país. Y, justamente, la fundación quería llevar a cabo una misión de exploración sobre el terreno.
Como coordinador de Ojos de Mali, ¿cuáles son los principales problemas visuales a los que se enfrentan sus habitantes?
Las personas se enfrentan principalmente a los siguientes problemas en los ojos: cataratas, tracoma /triquiasis, glaucoma, defectos de refracción y presbicia. Estos problemas se ven especialmente agravados por la ignorancia de la gente, la barrera financiera y la falta de personal cualificado en oftalmología y de equipamientos adecuados.
Hace poco has estado en Barcelona para evaluar las actividades del programa Ojos de Mali y para proponer nuevos retos. ¿Cómo está avanzando el proyecto?
El programa está progresando muy bien. Me gustaría destacar que las enfermedades del segmento posterior son tratadas con eficacia en el IOTA, que actualmente es un referente en el tratamiento de la retina para los países franco-africanos, y esto es gracias al trabajo desarrollado por Ojos del mundo. Por otro lado, quiero destacar el hecho de que el cuidado de los ojos haya entrado en el paquete mínimo de servicios prestados en diferentes distritos sanitarios. Todos nuestros socios han expresado repetidamente su firme deseo de que estas actividades continúen. Incluso quieren que se extiendan a muchas otras localidades, como lo que se ha hecho y se sigue haciendo en el área sanitaria de Bankass. Las limitaciones financieras nos recuerdan cada año que no podemos hacerlo todo. Sin embargo, en este 2016, la determinación de la fundación es aún mayor.
Hace unos meses Ojos del mundo decidió instalar un pequeño taller para proveer a la población de gafas a un precio más asequible. ¿En qué punto se encuentra esta iniciativa?
La óptica aún no está operativa en Bankass. Los materiales y equipos llegaron a Bamako y pronto serán enviados al Centro de Referencia de Salud del distrito de Bankass. El local se está construyendo con el apoyo del propio fondo del Consejo de Círculo de Centro de Referencia y la Agencia Nacional de Inversiones de Colectividades Territoriales. El técnico óptico que será capacitado durante 6 meses en el IOTA de Bamako, con recursos de la Fundación, ya ha sido seleccionado por nuestros socios.
Más de 75.000 pacientes atendidos y más de 5.000 intervenciones. Unas cifras que hablan de esperanza y de progreso.
Sí, sin duda. Me gustaría recordar esa frase que una vez nos dijo un oftalmólogo regional durante una supervisión del proyecto que ‘Ojos del mundo ha hecho más que otras organizaciones internacionales que han estado previamente en Mali’. Hay que recordar que ese mismo oftalmólogo había trabajado en alguna de estas organizaciones. No obstante, esto no debe hacernos olvidar que todavía hay mucho que hacer en la región de Mopti y en Malí.
¿Cuáles son los proyectos de Ojos de Mali para los próximos años?
En los próximos años, Ojos del Mundo dejará el distrito de Bankass para trabajar en otras áreas de la región de Mopti, e incluso en otras partes del país. Estamos evaluando la posibilidad de trabajar en los distritos de Tenenkou y de Djénné e incluso de Youwarou, donde no se realiza cirugía en oftalmología desde hace varios años.