El Dr. Bacin acaba de volver de Malí. Con 67 años, ésta es la tercera vez que se desplaza al Instituto Oftalmológico del África Tropical (IOTA) en el marco de las actividades formativas que la Fundación tiene en marcha desde el año 2008 y que forman parte del proyecto de mejora de la salud ocular en Mali.
Esta comisión formativa tuvo que posponerse después del alzamiento militar en el país y el conflicto bélico que condicionó el desarrollo del proyecto, pero, a pesar de todo, Ojos del mundo y el Dr. Bacin siguen apostando por la subespecialización en retina de los oftalmólogos y residentes del IOTA.
¿Por qué colabora en las actividades de formación que lleva a cabo la Fundación Ojos del mundo?
Colaboro con Ojos del mundo porque es una organización comprometida, eficaz y generosa. Tiene un espíritu abierto que incluye la colaboración de personal francés.
¿En qué situación se encuentra la oftalmología, y más en concreto, la subespecialidad de retina en Malí?
Yo sólo puedo hablar de lo que he visto en el IOTA. Desde 2010, he podido constatar una mejora constante de la atención de las enfermedades de retina, en lo que se refiere al diagnóstico como al tratamiento médico y quirúrgico. El IOTA dispone de un buen quirófano, incluso dispone de posibilidades que no son todavía utilizadas por carencia de formación práctica.
Cada vez más los casos son tratados localmente con éxito, sin necesidad de evacuaciones sanitarias de pacientes costosas y complicadas. A este ritmo, las perspectivas de futuro para el tratamiento de estas enfermedades que conducen a la ceguera, parecen muy favorables.
¿En qué medida se está contribuyendo desde Ojos del mundo al progreso de la lucha contra las patologías de retina en Malí?
Ojos del mundo, a mi parecer, ha contribuido de manera muy notable a la evolución de la retinología en Mali. Gracias a la Fundación, se han impartido sesiones de teleformación por videoconferencia entre el Centro Hospitalario Universitario de Clermont-Férrand en Francia y el IOTA de Bamako. Ojos del mundo también ha financiado comisiones de formaciones teóricas y prácticas dirigidas a colegas de Mali y realizadas por especialistas franceses. Así mismo, ha financiado una formación en retina realizada en España y en Italia por el Dr. Guindo.
En 2013, Ojos del mundo ha hecho una nueva donación de equipos y material muy generosa al IOTA. Esta donación constituye un paso decisivo y remarcable en la atención de patologías de la retina, no sólo en Mali, sino también, sin duda, en la mayor parte de los países africanos vecinos.
¿Cómo valora su experiencia como docente en Bamako?
Para mí, el IOTA es el espacio donde yo realizo de la manera más eficaz mi vocación de docente. Este instituto es un lugar de formación de numerosos oftalmólogos del Oeste de África y magrebíes.
Mis clases son siempre escuchadas con atención y seguidas con muchas preguntas. En cada comisión reencuentro los miembros del equipo y los estudiantes y puedo apreciar sus progresos y guiarlos hacia su autonomía.
¿Cómo ve el país actualmente? ¿Cuál cree que es su futuro?
Deseo, muy sinceramente, que Mali conozca de nuevo la paz y la tolerancia religiosa. Mali es un país muy bonito que está en desarrollo. La paz y la tolerancia tendrían que permitir ofrecer a sus ciudadanos el mejor progreso y felicidad posible.