Seydou es experto en administración de asuntos sociales y desarrollo comunitario y social, formación que ha adquirido tanto en su país natal, Mali, como en Francia.
Sensible y comprometido, ha trabajado con diferentes organizaciones internacionales en la promoción de la salud. Y, desde hace casi 13 años, es un referente del proyecto de Ojos del mundo en la región de Mopti. Junto con Albert Coulibaly (coordinador de Ojos de Mali), dirige e implementa las actividades de sensibilización y formación, coordina y organiza las campañas de atención oftalmológica y está en contacto con las contrapartes y entidades colaboradoras del proyecto para el buen hacer de las actividades.
Durante su reciente estancia en Barcelona, donde viajó para participar en las jornadas de evaluación y reflexión que celebra anualmente la Fundación, presentó el extraordinario trabajo realizado por el equipo de Mali, con acierto y eficiencia, a pesar de los recursos limitados y la dificultad del contexto maliense.
Padre de cinco hijos, a Seydou le gusta, en sus ratos libres, disfrutar de la familia, de los viajes y el deporte.
¿Por qué decidiste trabajar para Ojos del Mundo en Mali? ¿Qué te atrajo del proyecto?
Me motivaron varios factores: en primer lugar, me atrajeron el objetivo, la misión, la visión y los principios de la Fundación Ojos del mundo; en segundo lugar, ya tenía seis años de experiencia en el campo de la salud ocular primaria en un entorno comunitario, y, en tercer lugar, estaba familiarizado con el idioma, el modo de vida y los aspectos socioculturales de las personas que viven en la zona donde opera el programa.
Lo que más me gustó del programa fue la gestión transparente y la implicación de las partes interesadas, con una visión sostenible. Ojos del mundo seguirá apoyando el programa a través de: formación para la obtención de diplomas, formación continua, formación sobre el enfoque de género y el acceso a la atención oftalmológica, sensibilización de la población, donaciones de equipos y materiales adecuados, construcción y renovación de infraestructuras oftalmológicas/ópticas y suministro de agua potable, teniendo en cuenta el impacto del cambio climático en el entorno social. La Fundación Ojos del mundo escucha a la comunidad y tiene en cuenta sus necesidades expresadas en relación con su misión de luchar contra la ceguera causada por enfermedades oculares prevenibles y curables.
¿Cuál es la situación de la ceguera evitable en la región de Mopti? ¿Por qué es tan importante avanzar en el acceso universal a la salud ocular en este territorio?
No disponemos de una publicación reciente sobre la situación de la ceguera evitable en la región de Mopti, pero es muy preocupante. La ceguera evitable sigue siendo un problema de salud pública. Durante las campañas de consultas gratuitas organizadas por la Fundación, las enfermedades oculares como las cataratas, el glaucoma, los defectos de refracción, la limbo-conjuntivitis endémica de los trópicos (LCET) y la triquiasis tracomatosa son las más comúnmente detectadas.
Además, observamos que en las zonas rurales se detecta un gran número de cataratas en cada consulta gratuita, pero un número pequeño de personas acuden a operarse de cataratas cuando se cobra. El argumento esgrimido por la mayoría de los enfermos de cataratas es la falta de recursos económicos para su tratamiento.
Sí es muy importante mejorar el acceso universal a la atención oftalmológica en esta región, porque, por un lado, diez años de crisis de seguridad han repercutido negativamente en los ingresos de la población local, que a menudo no tiene ni para comer a diario. Por otro lado, la seguridad social cubre principalmente a los trabajadores asalariados. En particular, el seguro médico obligatorio, que depende de la caja nacional del seguro de enfermedad, no cubre las lentes correctoras. En los ocho distritos sanitarios, sólo hay tres oftalmólogos para una población de 2.958.872 habitantes, de los cuales 1.495.559 son mujeres. También tenemos que apoyarles con recursos adecuados.
Porque si todos los actores del sector oftalmológico no ponen en común sus acciones médicas humanitarias, el campo de la oftalmología no podrá alcanzar su objetivo.
¿Cómo describirías la situación de las mujeres que tienen problemas oculares? ¿Por qué les cuesta más recibir atención? ¿Qué se está haciendo y qué se puede hacer para eliminar las barreras que encuentran?
Actualmente, con la crisis de seguridad, el número de mujeres vulnerables ha aumentado considerablemente: mujeres solas a cargo del hogar como consecuencia del conflicto armado, bajos ingresos, viudas, con discapacidad visual.
En general, hay que señalar que las mujeres son las más afectadas por las enfermedades oculares, y es vital centrarse en este aspecto, ya que las mujeres son la columna vertebral de la familia y de la comunidad en general. La accesibilidad geográfica y la falta de recursos económicos siguen siendo los principales obstáculos para el tratamiento de las enfermedades oculares curables. El acceso tardío al centro de salud es más frecuente entre las mujeres y los niños.
¿Qué se puede hacer para afrontar este reto?
- Reforzar la autopromoción de las mujeres dándoles la oportunidad de dedicarse a actividades generadoras de ingresos;
- Alfabetización de las mujeres analfabetas;
- Formación en espíritu empresarial y gestión de fondos;
- Presionar a los cabezas de familia para que animen a las mujeres a acudir libremente a los centros sanitarios si es necesario;
- Aumentar los canales de comunicación sobre el acceso a la atención sanitaria oftalmológica.
¿Qué situación de vida es la más común entre las personas con graves deficiencias visuales en la región? ¿Qué caso de los que hemos podido tratar en la Fundación te ha impactado más?
La situación más frecuente suele ser la derivación tardía de personas con deficiencias visuales graves a centros sanitarios con personal oftalmológico cualificado. Se han registrado varios casos de cataratas intumescentes, glaucoma primario de ángulo abierto en fase terminal, niños que padecen enfermedades oculares congénitas o como consecuencia de traumatismos, retinopatía diabética y retinoblastoma.
Los casos que más me impactan son sobre todo de alumnos con cataratas, triquiasis tracomatosa y defectos de refracción que vienen a contarnos cómo han retomado las actividades que habían abandonado durante mucho tiempo a causa de estas afecciones. Y lo hacen con una sonrisa en la cara y palabras de agradecimiento al equipo.
La medicina tradicional sigue teniendo un papel muy relevante en las aldeas, ¿cómo es vuestra relación con curanderos y herboristas? ¿Veis un avance en su colaboración?
En la actualidad, en las zonas que no están cubiertas por facilitadores, profesores y enlaces comunitarios formados en atención primaria de la vista, lo primero que hacen las mujeres cuando tienen problemas oculares es acudir a un terapeuta tradicional o herborista. Este hecho, despertó la curiosidad del equipo del programa Ojos de Mali por establecer una relación con la Federación de Asociaciones de Tradithérapeutes Bandiagara (FATTB) y Herboristas. La FATTB cuenta con más de 800 miembros en los distritos sanitarios de Bandiagara, Bankass y Koro. Los FATT están reconocidos por el CRMT (Centro de Investigación de Medicina Tradicional). El CRMT depende del Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INRSP) de Mali.
Desde finales de 2021, la Fundación Ojos del mundo, en colaboración con el departamento regional de salud de Mopti y los centros de salud de referencia de Bandiagara, Bankass y Koro ha financiado la formación de 30 terapeutas tradicionales/herbolarios, entre ellos cinco mujeres, en el acceso a la atención oftalmológica en los centros de salud y en el Hospital Sominé Dolo de Mopti. Durante los talleres de alineación, estos curanderos tradicionales se comprometieron a apoyar las actividades del programa Ojos de Mali en la región de Mopti. Contribuyen en gran medida a sensibilizar y derivar a los pacientes que sufren enfermedades oculares de la aldea a los centros y unidades de oftalmología. Los 30 terapeutas tradicionales/herboristas de los tres distritos presentan regularmente sus informes mensuales de actividad a los asistentes médicos de oftalmología. Se benefician de sumas globales en concepto de crédito de comunicación para informar a los oftalmólogos de sus remisiones. También celebramos una reunión trimestral en la sede del Centro de Salud de Referencia de cada distrito sanitario para debatir los puntos fuertes y débiles de esta colaboración. La relación es buena, porque ha habido muchos avances positivos desde 2022.
¿En qué medida las actividades de reducción del impacto del medio ambiente (como la eliminación de residuos o las placas solares) que se están implementando crees que impactan en la salud ocular de la población?
Ya creemos que se está reduciendo el impacto medioambiental: en el marco de la gestión de los residuos biomédicos, el programa Ojos de Mali ha construido dos incineradoras homologadas del tipo Montfort mejorado en los distritos de Djenné y Mopti, donde ahora se eliminan los residuos sin humos tóxicos ni contaminantes, y mucho menos calor que afecte a la visión. Entre 2022 y 2023, el programa también ha formado a varios trabajadores y trabajadoras de la salud (médicos, enfermeros e higienistas) de los distritos de Bandiagara, Bankass, Djenné, Mopti y Koro, así como del hospital Sominé Dolo de Mopti, en la gestión de residuos biomédicos, desde la producción hasta la eliminación, con la puesta a disposición de contenedores de clasificación de residuos.
La instalación de paneles solares en los edificios del Centro de Salud de Referencia, como en Youwarou, y el suministro de agua potable, como bombas alimentadas por energía solar, contribuirán a reducir los humos negros que desprenden los generadores de gasóleo o gasolina, que a menudo provocan alergias oculares, con el consiguiente lagrimeo y picores, sobre todo en los niños pequeños.
¿Qué cosas destacarías de la forma de trabajar de Ojos del mundo? ¿Qué es lo que la diferencia de otras entidades que tienen programas en Mali?
El apoyo inquebrantable de la comunidad al programa Ojos de Mali, enaltece el modo de funcionamiento de Ojos del mundo. Lo que diferencia la Fundación de otros programas en Mali es su credibilidad y buena gobernanza en la correcta gestión de los fondos, con la plena participación de los socios desde la fase de planificación hasta la ejecución del proyecto.
¿Cuál es el reto más inminente de la Fundación en Mopti? ¿Cómo beneficiará a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
El reto más inminente de la Fundación es formar y equipar a personal oftalmológico cualificado para acabar con las cataratas y ofrecer una atención de calidad a los menores de 18 años que sufren defectos de refracción en las regiones de Bandiagara, Douentza y Mopti. En segundo lugar, apoyar el proceso de eliminación del tracoma proporcionando agua potable a la comunidad y cirugía gratuita para los casos de triquiasis tracomatosa. Por último, lograr la independencia económica de las mujeres para que puedan costearse la atención oftalmológica sin limitaciones. Esto supondrá una importante contribución al objetivo 3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que es «permitir a todas las personas disfrutar de una vida con buena salud y promover el bienestar para todos en todas las edades».