Zulma es tarijeña de origen y de sentimiento. Licenciada en enfermería, desarrolla su trabajo en uno de los departamentos con mayor índice de desigualdad y pobreza de Bolivia, donde la riqueza derivada de las reservas de gas no llega a las personas más vulnerables.
Dedica esfuerzo y gran parte de su tiempo a largos y costosos desplazamientos para garantizar que la salud ocular alcance a las poblaciones con menos recursos, asegurándose que las actividades y los proyectos cuentan con la implicación de las autoridades municipales locales, para afianzar su sostenibilidad.
Zulma constantemente genera ideas, plantea mejoras y promueve acciones para favorecer el avance y el alcance del proyecto Ojos de Bolivia a los colectivos más necesitados, principalmente mujeres.
Con empeño ya ha conseguido importantes objetivos y, en Ojos del mundo, contamos con ella para avanzar en la erradicación de la ceguera evitable en Tarija. Un reto complejo pero posible, que es también el mayor de sus sueños.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la población tarijeña en términos de acceso a la atención ocular?
Tarija es un departamento con 619.784 habitantes. Actualmente, en el sistema público, se cuenta con seis profesionales especializados en oftalmología, de los cuales solo uno brinda servicios de cirugía de cataratas en el marco del SUS (Seguro Universal de Salud) en la ciudad capital. Este factor es una de las principales causas de ceguera evitable en población de la tercera edad y uno de los principales desafíos que debe afrontar la sociedad tarijeña. Como no hay capacidad resolutiva oportuna de los casos clínicos en el sistema público de salud, se traduce en una larga espera para recibir una atención oftalmológica, que va muy de la mano con el factor económico.
Las barreras geográficas son otro desafío debido a que la población vive en zonas muy dispersas del Departamento, lo que hace inequitativo el acceso a los servicios de especialidad.
La falta de información de la población acerca del autocuidado visual es otro desafío que repercute negativamente en los estilos de vida saludables que deben adoptar para prevenir deficiencias visuales, como también incide en la falta de percepción de la población para recibir una atención oftalmológica periódica, retrasando así los diagnósticos y tratamientos oportunos. Esto ocurre especialmente en mujeres, ya que existe una alta prevalencia de deficiencias visuales que se dan en el género femenino.
¿Qué estrategias específicas estáis implementado para superar estos desafíos y garantizar un acceso equitativo a la atención oftalmológica?
En el marco de las políticas administrativas públicas se vienen realizando alianzas estratégicas con instituciones públicas y privadas que tienen los mismos objetivos e intereses. Con estas instituciones se firman acuerdos para trabajar de manera intersectorial.
Con las instituciones públicas de salud se realiza incidencia para que se cumpla la oferta de servicios en atenciones oftalmológicas bajo el paraguas del SUS y pueda ejercer la población el derecho a la salud.
También se empodera a la población en general, especialmente mujeres, en la problemática de la salud ocular para que sean ellas los brazos operativos en la promoción del autocuidado de sus familias y la prevención en grupos de riesgo de sus comunidades.
En el sistema educativo se trabaja fortaleciendo la participación social mediante las autoridades locales de las comunidades a quienes se les acompaña y asesora en el proceso de planificación de los planes de salud ocular. Esta iniciativa va en pro de la mejora de la salud ocular estudiantil porque son ellos quienes realizan abogacía e incidencia ante los gobiernos municipales para que se invierta en salud ocular y sea sostenible a largo plazo.
¿Qué servicios ofrece el proyecto Ojos del mundo en Tarija? ¿Y cómo benefician especialmente a las mujeres?
Al no haber oferta de servicios suficientes en el sistema público de salud, generamos intervenciones que permiten a la población tener acceso a una atención oftalmológica a través de campañas de atenciones en poblaciones vulnerables (con barreras de acceso y economía). Estas iniciativas van en paralelo con la formación de profesionales de la salud sobre la identificación temprana de deficiencias visuales para su posterior referencia, los diagnósticos de patologías oculares con su respectivo tratamiento, la captación de personas con cataratas para posterior derivación y otros.
Se fortaleció el Hospital San Juan de Dios de la ciudad de Tarija con equipamiento de quirófano oftalmológico donde actualmente se vienen realizando intervenciones quirúrgicas gratuitas de cataratas gracias al apoyo que brinda la Fundación.
En el sistema educativo público se capacita a los docentes en agudeza visual y se equipan las unidades educativas para que se realicen los tamizajes. La finalidad es identificar a temprana edad niñas/os y adolescentes con deficiencias visuales para que puedan recibir el tratamiento oportuno y gratuito a su dolencia a través de las brigadas oftalmológicas que visitan las unidades educativas. Es importante adquirir conductas de prevención desde edades tempranas y, en tal sentido, se realizan charlas de sensibilización en el autocuidado visual por parte de los técnicos de Ojos del mundo y de los propios docentes a todo el plantel estudiantil de las áreas de intervención.
Otro ámbito de actuación es la participación de las mujeres mediante las organizaciones sociales quienes son sensibilizadas en la importancia de generar conductas adecuadas en el cuidado de la salud visual en el entorno donde viven. También son capacitadas en la identificación temprana de deficiencias visuales e identificación de casos de cataratas para posterior referencia al sistema de salud. Como retribución, reciben atenciones de oftalmología mediante brigadas en sus organizaciones y se priorizan las atenciones de mujeres con cataratas durante la prestación de los servicios, facilitando el acceso a un servicio de calidad y calidez.
¿Qué impacto ha tenido el proyecto en la comunidad hasta ahora? ¿Puedes compartirnos algún caso de éxito o alguna historia que ilustre cómo nuestra intervención cambia la vida de las personas?
El programa tiene gran impacto social y económico en las personas y familias beneficiadas, especialmente aquella población más vulnerable como son los niños, garantizando así su educación; en adultos mayores, devolviéndoles la visión y, en mujeres, ejerciendo su derecho a la salud. Con estas acciones estamos ayudando a mitigar la pobreza y coadyuvando a mejorar la calidad de vida de los habitantes en el Departamento de Tarija.
Les presento una historia de vida como muchas otras. Nos llena de alegría hacer realidad su sueño “de poder volver a ver”. En la comunidad de Pampa Grande vive doña Cira Matirayo, de 73 años. Vive junto a su esposo y dos de sus hijas. Su ingreso económico era la agricultura y, actualmente, viven del apoyo económico de sus hijos.
Aproximadamente cuatro años atrás, doña Cira comenzó a ver oscuro, de a poco veía como si se le nublara la vista y ya no podía hacer muchas cosas por si sola por el temor a caerse o que le pasara algo. Esta situación tuvo un impacto negativo grande en su vida porque dependía de su hija para que la llevara de la mano, tenía que quedarse quieta esperando que la atendieran, no podía cuidar de su jardín, que era lo que más le gustaba, y mucho menos conocer a sus nietos que vivían junto a ella.
La Fundación Ojos del mundo programó una actividad de atención de oftalmología en la comunidad donde ella reside. Marcela, la hija menor de doña Cira, se informó que en la escuelita de la comunidad llegaba el personal de Ojos del mundo para revisar los ojitos a los niños y que también iban a atender a la población adulta; por lo que esa tarde fue a buscar a su madre y la llevó a que la atendieran. Ya en la valoración médica el oftalmólogo emitió el diagnóstico de cataratas y le dijo a Marcela que su madre necesitaba una cirugía, pero que no se preocupara porque la Fundación Ojos del mundo les iba a ayudar.
Una vez operada, al día siguiente, en el control post quirúrgico de las 24 horas, doña Cira no pudo contener las lágrimas al volver a ver: se emocionó de poder ver más claro tan pronto. Pasaron las semanas y se pudo operar el otro ojo. Doña Cira y sus familiares se sienten agradecidos por la ayuda brindada porque ahora puede volver a ver su jardín, pudo conocer a sus nietos más pequeños por primera vez, se siente feliz y ahora comparte su testimonio con otros abuelitos, que quizás están en la misma situación, y que por miedo no quieren hacerse operar. Ahora doña Cira nuevamente ayuda en la cocina pelando papas o arvejas y ya no necesita que alguien la lleve de la mano; se siente más segura.
¿Cuáles son los planes de futuro del proyecto para los próximos años? ¿Qué áreas específicas está previsto abordar?
Seguir incidiendo en las instituciones locales a través de los comités de salud ocular que se vienen conformando con participación social e intersectorial en acciones para prevenir las dos principales causas de ceguera prevenible: los errores refractivos, especialmente en rehabilitación de personas con baja visión, y las cirugías de cataratas, mediante los servicios locales de salud con capacidad resolutiva para ello. Se requiere formar a más profesionales oftalmólogos para que brinden este servicio en aquellos municipios donde aún no se dispone de recursos humanos calificados. Y haciendo seguimiento al cumplimiento de los planes de salud ocular que presentan las autoridades locales a los gobiernos municipales.
Personalmente, ¿qué lecciones has aprendido hasta ahora facilitando el acceso de la población a la salud ocular? Además, ¿podrías compartir alguna buena práctica o una práctica innovadora que hayas realizado?
El rol de liderazgo es importante ya que al empoderar a la población organizada exigirán sus derechos a las instancias competentes y podrán ejercer, a mediano o largo plazo, el derecho equitativo a la salud ocular, contribuyendo a la sostenibilidad a largo plazo del programa.
Es importante mejorar la respuesta en el acceso a la atención de oftalmología a través de los centros de salud, garantizando, de esta manera, que los servicios de primer nivel estén disponibles para la población que vive en zonas dispersas. La responsabilidad de que la población pueda acceder a una atención oftalmológica es de un trabajo en equipo y multidisciplinario, de manera que el promotor de salud visual, el auxiliar de enfermería, los licenciados en enfermería, médicos y otros profesionales tengan la capacidad resolutiva de detectar, referir, tratar, prevenir y promocionar estilos de vida saludables.
Trabajar con gente de bajos recursos y lograr cambiar sus vidas, aunque sea solo con devolverles la visión, hace la diferencia. Veo lo importante que es estar en contacto directo con la población más necesitada, ya que podemos conocer más de cerca su realidad y detectar factores que influyen negativamente en su salud. En tal sentido, una de las varias actividades que se implementó en el proyecto fue visitar a las familias de personas adultas mayores captadas con cataratas; de esta manera conocimos más de cerca la realidad de cada familia para el consentimiento de la cirugía. En estos encuentros se pudo despejar dudas, creencias, desinformación acerca de la cirugía, promoviendo la autonomía de las personas para la toma de decisiones, cumpliendo una atención holística del paciente.