Los errores refractivos son trastornos oculares muy comunes que vienen dados por la pérdida de la capacidad del ojo de enfocar claramente las imágenes sobre la retina. Según la OMS, en el mundo hay 153 millones de personas con discapacidad visual provocada por errores refractivos no corregidos (falta de gafas con lentes correctoras apropiadas).
La visión borrosa consecuencia de estos errores aparece cuando la córnea y el cristalino, que actúan como lentes, dejan de hacer que los rayos de luz incidan en la retina, la capa fotorreceptora más interna del globo ocular.
Los tres principales errores refractivos son la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. La miopía impide ver claramente los objetos lejanos; la hipermetropía, en cambio, dificulta ver los cercanos, mientras el astigmatismo es la visión distorsionada provocada por la curvatura anormal de la córnea. Estos tres errores vienen dados por diferencias en la longitud del globo ocular (miopía e hipermetropía) o en la curvatura de la córnea (astigmatismo). La presbicia o vista cansada, el cuarto trastorno, en cambio, se produce cuando a causa de la edad el cristalino pierde capacidad de enfocar objetos cercanos.
La visión borrosa, la “pesadez” ocular y el dolor de cabeza a raíz de un sobreesfuerzo continuado son los principales síntomas de estos trastornos oculares, que desaparecen recurriendo a gafas correctoras, lentes de contacto o cirugía refractiva, soluciones muy accesibles en el primer mundo, pero que no lo son tanto en los países en vías de desarrollo.
Conoce la historia de Virgilio
Virgilio nació y vive en la ciudad de Oruro. Hace cinco años tuvo un accidente manipulando cables de alta tensión que le provocó quemaduras de tercer grado, razón por la cual tuvieron que amputarle ambos brazos. Este hecho le causó una depresión y solo ha podido salir adelante por el apoyo que le brinda su familia que nunca lo ha dejado solo.
A través de la Asociación de Personas con Discapacidad se enteró de que se estaban realizando atenciones oftalmológicas, así que con su esposa y su pequeño hijo acudieron a la consulta.
Tenía visión borrosa de cerca y de lejos. Ya no podía ver bien. Le entregamos dos gafas que le ayudaran a ver mejor de lejos y cerca. Su esposa le ayuda con mucho cariño a probarse las gafas y él las recibe con mucha alegría indicando que ahora ve mejor, camina y no siente ninguna molestia; se prueba las otras gafas y se muestra más feliz todavía y comenta que ahora va a poder volver a leer. Su esposa le dice que se ve aún más guapo con los lentes.
Virgilio nos cuenta que le ha costado un poco acostumbrarse a las gafas, que los primeros días le producían mareos, pero que ha seguido las indicaciones del especialista y que ahora ya no tiene ninguna molestia.
Agradece a la Fundación Ojos del mundo el apoyo a las personas con discapacidad y de escasos recursos y nos pide continuar con este tipo de ayuda porque hay mucha más gente que lo necesita.