Fousseyni Doumbo tiene 48 años y es de Malí. Su vida transcurre entre la ciudad donde reside, Koro, y su trabajo como comerciante en Dogon, en la región de Mopti.
Hace más de un año empezó a sufrir una disminución gradual de la vista que lo llevó a perder casi toda la visión, distinguiendo únicamente algunas luces. Una situación preocupante que no le permitía realizar su trabajo con normalidad por el miedo a cometer errores, principalmente en las gestiones de cobro. Lamentablemente, esa pérdida de visión llevó implícita la pérdida de calidad de vida… y de esperanzas.
Hasta que un día, escuchando la radio local, oyó un mensaje que invitaba a todas aquellas personas con problemas visuales a visitarse en el centro de salud de referencia de Koro, donde serían atendidas por médicos de la Fundación Ojos del mundo.
Gracias a esa campaña, el 1 de noviembre de 2017, Fousseyni recibió asistencia oftalmológica y fue intervenido por un equipo médico que se había desplazado desde Bankass, a 50 km de distancia.
El día después de la operación, Fousseyni comprobó asombrado que había recuperado completamente la vista. Un cambio radical en su vida que lo motivó a reincorporarse feliz a su negocio, con total determinación, sin sentir miedo ni inseguridad.
Ojos del mundo ha ayudado y seguirá ayudando a un gran número de personas, como Fousseyni, a recuperar la visión y, a su vez, a recuperar la confianza en sí mismas.