El vicepresidente de Ojos del mundo, el doctor Borja Corcóstegui, ha sido nombrado miembro numerario de la Real Academia de Medicina de Cataluña (RAMC). El acto de ingreso se celebró el pasado 28 de mayo y estuvo presidido por los doctores Josep A. Bombí y Jordi Palés, presidente y secretario de la RAMC, respectivamente, acompañados por Xavier Trias, ex conseller de Salud de la Generalitat de Cataluña.
Este nombramiento reconoce su contribución a la medicina catalana como referente mundial en cirugía vitreoretinal y su tarea diaria al frente del IMO. El Instituto de Microcirurgia Ocular de Barcelona es un centro de referencia internacional que destaca por la innovación constante, investigación científica y desarrollo tecnológico para mejorar la visión y la calidad de vida de los pacientes. Un trabajo que el doctor Corcóstegui compagina con una gran implicación con la Fundación Ojos del mundo: “Es emocionante aportar mis conocimientos y experiencia en lugares donde, antes de que llegara Ojos del mundo, la población se quedaba ciega por causas prevenibles o curables». Para él, tanto en el Sáhara, como Bolivia, Mozambique o Malí el objetivo es siempre el mismo: capacitar a los profesionales locales para que puedan atender con calidad la salud ocular de la población de cada territorio.
La oftalmología, una vocación
El doctor Borja Corcóstegui nació y se crió en el País Vasco en una familia con tradición oftalmológica desde inicios del siglo XIX. Estudió medicina en Zaragoza y se especializó en oftalmología en Barcelona. En la Ciudad Sanitaria de Valle de Hebrón fue director del Departamento de Retina y Vítreo y en 1991, director del Departamento de Oftalmología.
Tres años más tarde, el doctor Corcóstegui se convirtió en uno de los fundadores del IMO, del cual es director desde sus inicios hasta la actualidad.
Ojos del mundo, una pasión
En el año 2001, el actual presidente de Ojos del mundo y Síndic de Greuges de Cataluña, Rafael Ribó, propuso a su oftalmólogo, el doctor Corcóstegui, viajar juntos a los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf, en Argelia. Allá, los dos pudieron constatar la existencia de muchos casos de ceguera prevenible y curable y tomaron la determinación de luchar contra esta situación. «Como oftalmólogo, mi deseo es vencer las enfermedades oculares y en estos países la mayoría de ciegos pueden dejar de serlo mediante una operación sencilla o un tratamiento adecuado. Mi objetivo es trasladar la oftalmología que hacemos aquí a estos países y hacer efectivo el derecho a la visión«.
Desde aquel primer viaje, Ojos del mundo ha visitado más de 400.000 personas y ha operado más de 20.000.