Justo hace un año que la COVID-19 se nos llevó repentinamente a Vicenç Capdevila, secretario del Patronato de Ojos del mundo.
La Fundación perdió un compañero incondicional, honrado y valioso y yo, y muchos y muchas de los que formamos parte de Ojos del mundo, un amigo leal, honesto y sensible.
Su legado perdura en la Fundación (también con Daniel, su hijo, substituyéndole en el cargo) y su energía seguirá arropando durante muchos años a los ciudadanos de L’Hospitalet desde el 21 de marzo de 2021, fecha en que el Ayuntamiento plantó un olivo en conmemoración de su trayectoria.
Descansa en paz, Vicenç, en la naturaleza y en el recuerdo de todas las personas que tuvimos la fortuna de conocerte.
Rafael Ribó