Degoga Oumou es una granjera de 67 años que vive en Kansila, en el distrito de Bandiagara (Mali), una zona marcada por la pobreza y los conflictos bélicos.
Hace un par de años, Degoga se vio obligada a dejar las tareas de la casa y del campo a causa de unas cataratas que le ocasionaron la pérdida de visión: sólo era capaz de distinguir luces y sombras. Y la falta de recursos impidió que pudiera poner remedio a su enfermedad.
Un día, un amigo que trabajaba en el CSCom (Centro de Salud Comunitario) de Goudanka le comentó a su hija que Ojos del mundo había llegado a Bandiagara para tratar los problemas oculares de la población de la zona. Nuestra protagonista, acompañada por su hijo, se acercó hasta allí con la moto para averiguar si podían curarla.
Ojos del mundo pudo operarla de un ojo. Ahora espera la operación del otro. Pero, mientras tanto, Degoga ha recuperado parte de su vida y vuelve a ser feliz, a cocinar para su familia y a vigilar y cuidar de sus nietos.
‘No hay nada más maravilloso que ver lo que te rodea. Hacer lo que quieres, cuando quieres y como quieres. Doy gracias a Dios y a vosotros, doctores ‘