Irene Vilà Porsell es una optometrista catalana diplomada en Óptica y Optometría por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Mientras cursaba el posgrado de Optometría Clínica en el Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), colaboró en el Programa de salud ocular de la Fundación IMO, donde realizó cribados en varias escuelas de zonas desfavorecidas de Cataluña a fin de dar solución a los problemas visuales de niños y niñas.
Una compañera suya y colaboradora habitual de Ojos del mundo, Carol Camino, fue quien la puso en contacto con la fundación para contribuir con su vocación como cooperante.
Actualmente, trabaja en el Departamento de Oftalmología del Hospital Clínic de Barcelona (ICOF) y colabora en diferentes proyectos de cooperación, además de sacar tiempo entre semana para acercarse a las oficinas de Ojos del mundo y ayudar a inventariar las múltiples donaciones de monturas y cristales en bruto recibidas los últimos años.
Se define como una persona alegre y optimista, dispuesta a emprender nuevos retos y aventuras, además de tener la voluntad de ayudar a quienes más lo necesitan.
¿Cuáles fueron los motivos que te motivaron a involucrarte en la fundación?
Lo cierto es que desde hacía un tiempo sentía la necesidad personal de ayudar en algo relacionado con mi profesión. Mi primera intención fue apuntarme a un voluntariado, para apoyar desde el terreno a aquellos que lo pudieran necesitar, pero Carol Camino me comentó que estaban buscando cooperantes en Ojos del mundo para colaborar desde su sede en Barcelona. Y decidí apuntarme sin pensarlo.
¿Qué aporta el voluntariado a tu vida profesional y personal?
Para mí es una satisfacción saber que estoy aportando mi granito de arena para colaborar en hacer llegar las ayudas necesarias a aquellos que lo necesitan.
¿Crees que es importante la labor que realiza Ojos del mundo? ¿Por qué?
Efectivamente, creo que es una labor muy importante, ya que permite que muchas personas puedan obtener las ayudas y recursos necesarios para mejorar su visión, e incluso evitar cegueras reversibles tratando las causas que podrían provocarlas sin dicha asistencia.
¿En qué consiste tu labor en la fundación?
Durante los primeros meses estuve seleccionando, clasificando y ordenando todas las lentes oftálmicas que tenían en el almacén, para hacer un inventario y poderlas enviar a los diferentes destinos donde cooperan. Y hace pocos meses, al acabar con dicha tarea, empecé a clasificar y a hacer recuento de los diferentes tipos de monturas. La finalidad es que todo esto pueda ser útil para aquellos que más lo necesitan.
¿Qué tres palabras crees que definen la Fundación Ojos del mundo?
Solidaridad, formación y futuro.
Como mujer y optometrista, ¿alguna vez te has sentido limitada al ejercer tu labor profesional o formativa?
Lo cierto es que en mi recorrido he tenido la suerte de no encontrarme limitaciones por mi género. Sin embargo, al ser una profesión a la que se dedican mayoritariamente mujeres, sí he tenido que oír en alguna ocasión que éramos demasiadas mujeres en el mismo puesto de trabajo y que eso era peligroso, incluso en boca de mujeres. O bien que buscaban contratar un hombre óptico; sin importar su profesionalidad o experiencia, pero al ser muy difícil de encontrar, acababan contratando una mujer, como si eso fuera algo inferior o negativo. Me parece muy triste en pleno siglo XXI.
¿Qué factores crees que obstaculizan a las mujeres el ejercicio pleno de sus derechos, tanto a nivel individual como colectivo?
Creo que, por desgracia, seguimos viviendo en un mundo machista. Me gusta pensar que, poco a poco, esta tendencia va cambiando. En mi caso particular, me siento afortunada por estar rodeada en un círculo personal por hombres feministas. Sin embargo, si miro un poco más allá, me doy cuenta que lamentablemente no es tan habitual. Este sistema desigualitario es el culpable de que las mujeres no puedan ejercer plenamente sus derechos.
¿Has escuchado hablar sobre las “nuevas masculinidades”? ¿Qué opinas al respecto?
Si estoy en lo cierto, es un movimiento de hombres que buscan la igualdad entre hombres y mujeres en todos los aspectos. Considero que es muy positivo que los hombres se den cuenta que deben formar parte del movimiento feminista, ya que desde mi punto de vista, hombres y mujeres debemos trabajar juntos para educar a nuestros hijos con los valores de igualdad. Además de sin tópicos ni prejuicios de género si queremos acabar con este mundo machista en el que aún vivimos y con la violencia de género que tanto daño nos hace.
En países con escasos recursos económicos, el derecho a la visión de la mujer se ve especialmente vulnerado. ¿Qué medidas crees que debe incorporar todo proyecto de cooperación para garantizar el acceso igualitario a la salud ocular?
Esta es una pregunta complicada, pues aún me cuesta comprender que se vulnere un derecho tan fundamental solo por ser mujer. Creo que una buena opción es la que se lleva a cabo en distintos proyectos de Ojos del mundo, formando mujeres para integrarlas en el sistema de salud, ya que al hacerlas partícipes también las hacemos visibles. Y esto puede hacer, por ejemplo, que más mujeres se atrevan a acudir a los centros de asistencia oftalmológica en busca de ayuda.
¿Cómo ven el futuro tus ojos de mujer?
Mis ojos ven el futuro con optimismo, aunque con cierta prudencia, ya que aún queda un largo y difícil camino por recorrer. Me gustaría que mis hijas y/o nietas puedan vivir sin tener que experimentar el miedo que podemos sentir a veces en algunas situaciones, o sin padecer discriminación salarial o social solo por ser mujer.