Maria Helena Filipe Duzenta es la secretaria administrativa del Banco d’Óculos de Vilankulos, el primer taller óptico de África Oriental totalmente gestionado por mujeres. Maria Helena trabaja en él desde su inauguración en noviembre de 2016. La óptica, impulsada por Ojos del mundo y gestionada por mujeres de la asociación local AMODEVI, permite a la comunidad rural acceder a la atención ocular facilitando gafas a precios muy asequibles o incluso sin coste en los casos de pobreza más graves.
¿Qué es AMODEVI?
Es una asociación para movilizar el desarrollo de Vilankulos y que da atención domiciliaria en la salud primaria. Somos 21 personas, de las cuales 16 son mujeres y 5 hombres.
¿Cuándo se creó el Banco d’Óculos?
El Banco d’Óculos se creó en 2016 en una colaboración entre AMODEVI, el Hospital Rural de Vilankulos, el Directorio Provincial de Salud y Ojos del mundo. Se creó para responder a la falta de acceso al tratamiento de los errores de refracción, que son una de las causas más importantes de ceguera evitable.
¿Cuántas personas trabajan en el Banco d’Óculos?
Dos personas: una gestora y una técnica de montaje de gafas. Pero se formó a seis mujeres para trabajar en el Banco d’Óculos: así cuando una trabajadora lo deja puede ser sustituida.
¿Cómo es un día típico en el Banco d’Óculos?
Entramos a las 7.45 h y empezamos con la limpieza. A las 8 h abrimos al público, la gestora recibe a los clientes y la técnica prepara las máquinas. Todos los días preparamos los pedidos necesarios y hacemos inventario. Tras recibir sus gafas, los clientes vuelven al optometrista para confirmar la calidad del trabajo. Cada mes hacemos un informe para el hospital y para Ojos del mundo.
¿Cómo te ha afectado el Banco d’Óculos?
Cambió mi vida con nuevos conocimientos y aumentó los ingresos familiares. La asociación obtuvo reconocimiento y obtiene, a través del Banco d’Óculos, fondos propios para llevar a cabo más acciones y para ayudar al hospital.
¿Cuál es el impacto del Banco d’Óculos en la zona?
Reduce las distancias para obtener las gafas, facilitando el acceso a la solución de los errores de refracción. Es la primera óptica en trabajar de manera sostenible en la provincia.
También tiene un impacto en la percepción de género: el Banco d’Óculos lo gestionamos solo mujeres. Esto muestra a la sociedad que nosotras, las mujeres, podemos tener un impacto positivo en el desarrollo de la zona.
¿Cómo valora el apoyo de Ojos del mundo?
Positivo: ayudó a AMODEVI a crecer, ayudó en la concienciación de los problemas de visión y a entender que la ceguera no es irreversible. Ayudó al desarrollo del municipio de Vilankulos, dando acceso a gafas que antes no se podían adquirir aquí.