La equidad de género es uno de los principios fundamentales de las actuaciones de Ojos del mundo. Debido a la ausencia de datos para entender cómo los roles y valores de género afectan al acceso a la salud ocular de las mujeres de la provincia de Inhambane (Mozambique), la Fundación ha realizado un diagnóstico de género. El objetivo ha sido identificar las barreras que inciden negativamente en la presencia de las mujeres y niñas mozambiqueñas en los servicios oftalmológicos y ópticos, y también configurar propuestas de mejora.
El estudio, encargado por Ojos del mundo y financiado por el Ayuntamiento de Barcelona, ha sido liderado por el profesor de la Universidad de Zaragoza y presidente de African Women’s Research Observatory (AfWORO), Guillermo Martínez-Pérez, y las antropólogas Brigitte Bagnol y Lara de Sousa. Para su ejecución, se han realizado grupos de discusión, entrevistas en profundidad y conversaciones informales en ámbitos comunitarios y sanitarios de los distritos de Funhalouro, Homoine, Jangamo, Massinga, Maxixe, Panda y Vilankulo.
Entre los resultados del diagnóstico, se ha constatado que los roles tradicionales provocan que el hombre tenga el papel principal de proveedor del hogar, controle las finanzas, tome las decisiones relevantes sobre tratamientos, hospitalizaciones y cirugías. Por su lado, las mujeres se ocupan del ámbito doméstico y de cuidados, además de contar con un bajo nivel de escolarización y sentirse, a menudo, en inferioridad de condiciones. Pese al aumento progresivo de mujeres líderes tradicionales, algunas no aceptan ser propuestas por falta de información, por miedo a ser hechizadas o por sentirse inferiores a los hombres.
Asimismo, se han extraído conclusiones en materia de salud ocular, seguidas de sus correspondientes recomendaciones para conseguir la equidad de género en el acceso a la atención óptica y oftalmológica en esta provincia mozambiqueña:
Recursos disponibles: a pesar de la existencia de una red de profesionales de salud primaria en las comunidades de Inhambane, los médicos tradicionales, o curandeiros, continúan siendo el primer punto de acceso para muchos pacientes.
- Se recomienda hacer partícipes a los médicos tradicionales a las actividades de promoción de salud ocular, diagnóstico y prevención de patologías oculares, mediante la organización de estadías en los centros sanitarios, con la colaboración de matronas y los profesionales de la salud comunitaria. También se aconseja establecer mecanismos internos en dichos centros para denunciar a los sanitarios que deriven a los pacientes a curandeiros o a iglesias.
Barreras de acceso: relacionadas con el desconocimiento sobre las causas de la pérdida de visión, la pobreza, las carencias de infraestructuras sanitarias y de transporte, los ocasionales conflictos políticos, el miedo a la cirugía y la preferencia por los curandeiros.
- Se debe acabar con el analfabetismo oftalmológico, asignar recursos a programas de retención en cuidados oculares para mantener el vínculo con pacientes en situación de pobreza y extrema vulnerabilidad, y acercar los servicios de salud ocular a la población con dificultades de desplazamiento. También se recomienda optimizar los sistemas de quejas y sugerencias para dar respuesta y solución a pacientes insatisfechos.
- Se sugiere llevar a cabo acciones de promoción de salud ocular y prevención de ceguera, como divulgar en teatros, radios, iglesias y centros de salud casos de éxito de cirugía de cataratas para erradicar su temor; ofrecer formación sobre salud ocular a hombres que formen parte de sindicatos, asociaciones de trabajadores, colegios profesionales y ferias sectoriales; mejorar el sistema de información sobre los motivos y consecuencias de la pérdida de visión; desincentivar el uso de la medicina tradicional en cualquier campaña o formación sobre patologías oculares; y fomentar el uso de imágenes de víctimas de más discriminación, como de personas albinas con gafas o ciegas, en campañas de salud ocular.
Diferencias de trato: a pesar de que en los servicios de salud ocular no hay diferencia de trato en la aplicación de protocolos de cuidados oftalmológicos, muchos sanitarios dan por hecho que las mujeres pacientes no entienden las recomendaciones médicas o no saben transmitir sus motivos de consulta. Además, son los primeros en promover que las pacientes sean acompañadas y que los hombres den el consentimiento para las intervenciones quirúrgicas.
- Se aconseja fomentar en los sanitarios una actitud favorable a la defensa de derechos de la paciente y a la denuncia de los hombres que infringen los derechos de las mujeres impidiendo su acceso a los servicios de salud. Para ello se recomienda establecer mecanismos de coordinación entre los servicios de salud ocular y la policía, servicios jurídicos y acción social para actuar en caso de que niñas y mujeres no puedan acceder a intervenciones oftalmológicas por falta de autorización de los hombres.
- Se recomienda que los profesionales lleven a cabo una formación y mentoría para evitar las inercias sociales que perpetúen los roles de género dañinos, además de procurar atender solo un paciente a la vez, sea hombre o mujer, para garantizar un ambiente de privacidad en el proceso de valoración y diagnóstico.
- Se deberían reforzar unas medidas de acompañamiento continuo que guíen e incentiven en la práctica clínica los principios de igualdad de género.
Por los motivos expuestos, Ojos del mundo considera esencial integrar, fortalecer y fomentar la perspectiva de género en las actividades previstas en el proyecto Ojos de Inhambane, tanto apoyando y realizando acciones de incidencia política frente a las autoridades sanitarias mozambiqueñas para que asuman y apliquen las recomendaciones que se extraen del estudio, como en las propias actividades previstas en el proyecto de cooperación oftalmológica.