La nueva óptica móvil, puesta en marcha en la provincia de Inhambane, da respuesta a algunos de los desafíos que plantea la atención ocular con perspectiva de género en la provincia. Las mujeres y las niñas son quienes tienen más dificultades para acceder a los servicios de salud ocular y esta situación conlleva una discriminación adicional en el contexto de vulnerabilidad en que se encuentran.
En algunos distritos son muy frecuentes testimonios como el de Zarifa: «Ya hace mucho tiempo que tengo picor en los ojos y veo borroso, pero en mi aldea no hay atención ocular y no podía desplazarme porque tengo una gran familia que atender, y no puedo pagar el transporte.”
La óptica móvil consigue llegar a aquellas poblaciones que no cuentan con los recursos para desplazarse a los centros de salud y recibir la atención que precisan. Las mujeres y las niñas pueden acceder a una revisión ocular y obtener el diagnóstico e incluso las correcciones ópticas que requieran, cuando su pérdida de visión tenga el origen en errores de refracción. “Oí en la radio que se iban a hacer consultas, por eso vine y me han dado unas gotas y unas gafas para que pueda ver bien”, explica Zarifa, una de las primeras mujeres atendidas por la óptica móvil.
Se trata, además, de una óptica gestionada por mujeres de la asociación AMODEVI, responsable de la óptica de Vilankulos. Ojos del mundo forma y acompaña a estas mujeres para conseguir que esta iniciativa sea eficiente y autosostenible. «Es un trabajo muy gratificante. No solo porque me permite tener un salario y una autonomía, sino porque cuando llegamos a un distrito ya hay decenas de mujeres esperándonos, que de otro modo no podrían ser atendidas… Es extraordinario», comenta Zubaida, encargada de la óptica.
Además de “garantizar la expansión y cobertura de los servicios de oftalmología y óptica para las localidades donde no existen profesionales con el dominio de las patologías específicas del área de oftalmología”, explica Josefina Chapo, directora del Servicio distrital de Salud de Inharrime, la óptica móvil también hace un trabajo sobre las nuevas masculinidades y “consigue llegar a más hombres para que tomen conciencia sobre la importancia de la salud ocular de las mujeres y las niñas, y promuevan estilos de vida saludables en el ámbito familiar”, en palabras de Paulo Castro, oficial de género de la asociación HOPEM. Y añade: “En sociedades como la mozambiqueña, en la que los hombres tienen todo el poder en la familia, trabajar con las masculinidades mejora la harmonía de la familia, los hombres empiezan a dialogar con las mujeres, perciben la importancia de la salud y cambia la perspectiva en la toma de decisiones”.
Olga Mamani, técnica de oftalmología en Quissico, Zabala, resume: «las mujeres tienen muchas dificultades para poder acceder a la atención ocular. Por eso debemos poner facilidades para que finalmente puedan hacerse una revisión y solucionar sus problemas de visión.”
Para la implementación de este proyecto, Ojos del mundo cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona y el Gobierno de Navarra.