El concepto de género en Bolivia se ha vinculado desde sus inicios a la figura de la mujer, únicamente. Las acciones emprendidas por las administraciones locales en esta materia han ayudado a comprender la situación social, económica y política de las mujeres, para posteriormente disminuir algunas de las desigualdades más evidentes.
Sin embargo, cabe decir que no ha existido una reflexión acerca de la situación de los hombres que haya intentado analizar su posición en una sociedad que se conoce como patriarcal y machista, que le impone responsabilidades dominantes sobre la mujer.
El Diagnóstico sobre las relaciones de género en el Departamento de Tarija, elaborado por un equipo consultor local formado por Emilia Copa, Sofía Juanes y Lorenzo Calcina, y encomendado por Ojos del mundo, es un documento que pretende identificar las barreras que inciden negativamente en la presencia de las mujeres en los servicios oftalmológicos, en muchos casos vinculadas con el concepto hegemónico de masculinidad.
A través de entrevistas en diferentes grupos focales realizadas en el Departamento de Tarija, se ha conocido la visión que tienen los hombres respecto al rol que están llamados a cumplir en su sociedad. Sus opiniones responden a determinados factores socioculturales que, por ejemplo, los empujan a seguir unos roles de familia que, en lo que a salud se refiere, establecen un orden de prioridad en base al cual se decide quién acude primero a consulta cuando sufre una enfermedad. Este orden sitúa a los hijos y las hijas en primer lugar, el marido en segundo lugar “porque es quién genera ingresos” y, por último, la madre porque “aguanta más”.
El equipo consultor que ha elaborado el diagnóstico de género ha planteado una serie de recomendaciones para hacer frente a las barreras desde las nuevas masculinidades, un concepto que aboga por el compromiso, la reflexión y la práctica para lograr el cambio personal en los hombres hacia posiciones igualitarias, encaminadas a conseguir un modelo social justo para todas y todos. Las más destacadas son: trabajar con las Unidades Educativas para realizar actividades de promoción y capacitación con padres de familia; desarrollar estrategias de trabajo para llegar a los hombres por medio de las organizaciones barriales y comunales; desarrollar acciones de discriminación positiva en favor de cónyuges, tanto hombres como mujeres, para que gocen del derecho a la salud en igualdad de condiciones; destacar y valorar el trabajo y liderazgo de las mujeres dirigentes en los barrios como promotoras de salud.
Por otro lado, el estudio ha detectado otras barreras que limitan y dificultan el acceso de las mujeres a la atención ocular. Existen factores culturales como la costumbre de no examinarse la salud, que va ligada a factores económicos, ya que la población ocupa su tiempo a los trabajos, que son precarios en su mayoría, y no van a consulta hasta que el dolor es insoportable. En esta línea se encuentra la accesibilidad a la información, que es mínima y provoca que la población no sepa dónde acudir cuando tiene problemas oculares ni conozca las patologías. Por último, el factor geográfico, que hace referencia a la lejanía de los centros de salud respecto los hogares y supone una barrera no sólo por el coste del transporte sino también por el tiempo de desplazamiento.